La revancha azul
Hace 5 años se jugó una final Cruz Azul – América que ninguno de los dos olvidará fácilmente. Unos por el ardor dolor de la derrota y otros por el sabor de la victoria. Especialmente por la manera en la que se dio esa victoria. Primero Aquivaldo Mosquera al 89′ y el cabezazo de Moi Muñoz que iba desviado pero Alejandro Castro empujó intentando taparlo al 90+3′ para mandarlo a tiempo extra y terminar en otra ‘cruzazuleada’ y con Azcárraga ebrio y sin playera en la cancha.
Mucho les ha dolido a los cruzazulinos tanta derrota – especialmente esa final del Clausura 2013 – y mucho se han burlado los americanistas (bueno, no solo ellos). Es por eso que este partido se convirtió en una final muy esperada por los dos equipos y por el negocio que implica para las televisoras: de un lado, la esperada revancha y del otro, convertirse en el más ganador del fútbol mexicano.
Al seguidor de la Máquina, le va a saber mejor ganarle una final al América que a Pumas, Tigres o cualquier otro. Pero el verdadero rival a vencer es el fantasma que ellos mismos han creado. Ese de los goles de último minuto, el del ‘ya merito’, el de ser la burla de todo un país, el que creó un verbo que significa algo así como ‘ir ganando todo el tiempo y terminar perdiendo’. Un monstruo de 3 cabezas que los persigue desde hace 21 años (y contando). Sin duda, el trabajo mental de Caixinha y y su equipo debe ser primordial.
Pero la revancha que buscan los azules no es solo contra el América. En primer lugar es contra ellos mismos. Después de haber estado tan cerca tantas veces (Santos, Toluca, Rayados, América, Pachuca, Atlante) y ser la burla nacional (y hasta en otros países), una derrota más sobre la hora sería fatal para la afición del Cruz Azul. Una mina de memes y burlas para todos los demás, pero una verdadera desgracia para los cementeros.
No se pueden dar el lujo de perder. No de nuevo. Corren el riesgo de convertirse en otro Atlas y no volver a ser campeones en décadas.